
A lo lejos veo a un aventurero perro saltando al río, recogiendo una botella descartable y devolviéndola a su dueño. A los pocos minutos de fotografiar a este adorable pastor alemán, un amable pero misterioso señor me pide que guarde mi cámara. Me convence diciéndome que en el lugar asaltan a las personas que no son conocidas. Me alejé.

No pude seguir fotografiando a pichicho, nombre con el que refiero a los perros juguetones, ni sus acrobáticos saltos. Así que me despedí de sus jugueteos sobre el agua y me alejé, esperando volver al siguiente día y encontrarlo. No lo encontré

En mi viaje a Uruguay me gustaron muchas cosas; la eterna puesta de sol, la tranquilidad de sus calles y pichicho.