¿Qué hacer cuándo el personaje es difícil de fotografiar?

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Estaba lista para cubrir El Perumin 2013 realizado en Arequipa. Sin embargo para lo que no estaba preparada era para la reacción de uno de sus visitantes.

Era casi medio día del martes, segundo día de la convención. Todos se dirigían al break, yo estaba pendiente de la salida de algún político o empresario.

Entonces apareció Juan (nombre ficticio) seguido por varios periodistas que intentaban obtener algunas declaraciones. Era la primera vez que se le veía en el evento y era importante conocer sus comentarios. Me quedé esperándolo, peldaños más abajo.

Entonces recuerdo… A Juan no le gustan las fotos, siempre inventa una excusa para negarse. Por lo tanto sé que no sería fácil.

Sabía que se quedaba hasta el viernes, fecha de clausura, pero en fotografía siempre es bueno asegurarse «toma la foto ahora, piensa después»

Cuando los periodistas terminaron de hacer sus preguntas, lo veo bajar las escaleras y preparo la cámara. Le tomo un par de fotos, pero esas no me gustan, porque sale mirando al piso, a los costados… Intento hacer otras. Decido arriesgarme y le digo:

 – ¿Puede detenerse un momento para fotografiarlo?

Me responde:

– Crees que soy un payaso para hacer lo que me pides

Cuando un personaje te responde así, tienes muchas opciones, aquí solo algunas:

Pedir disculpas y retirarte, así no hayas sido tú el que motivó esa reacción. Segundo, dejar de fotografiar y te vas; luego explicas a tu editor porque no tienes más fotos de esa persona. Tercero, puedes utilizar el teleobjetivo y fotografiar desde lejos. Cuarto, explicar que solo quieres una foto, porque es un personaje importante, es decir convencerlo. Y quinto, tomar la foto de todas maneras. Existen muchos recursos para hacerlo, usando un teleobjetivo, esperando el momento adecuado etc.

Pero nunca puedes responder o reaccionar de la misma manera que él o ella. Esto ha pasado y seguirá pasando, así que lo mejor es estar tranquilo.

Al parecer Juan no tenía nada en contra de las fotos, pero lo que no quería era posar para la cámara, por eso opté por seguirlo.

Estaba apunto de irme, cuando se detuvo me miró y dijo:

-Esta bien.  ¿Dónde quieres qué me ponga? Porque veo que me puedes seguir todo el día. 

En realidad no habíamos caminado ni dos minutos…

Le pedí que se detenga un segundo, mirara a la cámara y listo. Ya tenía la foto que quería.

Luego se disculpó, le dije que no había problema. Me despedí y me retiré.

En estos casos, siempre es bueno no desesperarse, aunque a veces provoqué responder. Recuerden que siempre vamos a ver a estas personas en otras comisiones. Por lo tanto no es bueno para nosotros y la profesión andar peleando con los personajes a los que fotografiamos.

Sobre todo y lo más importante es tener la foto de ese personaje.

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